A menudo, solo necesitamos un momento de pausa para comprender quiénes somos y qué sentimos

A menudo, solo necesitamos un momento de pausa para comprender quiénes somos y qué sentimos. "¡Lo que importa no es quién ha estado en tu vida más tiempo, sino quién llegó de la nada y nunca se fue!" (anónimo). Nunca podemos olvidar que solo lo que perdura en el tiempo es verdad. Quizás por eso, la mayoría de las veces, elegiría un perro (tengo uno... Junior) antes que a cualquiera que haya conocido, o mejor dicho (creía conocer). Los perros no hacen promesas que no cumplirán, no dicen una cosa y quieren decir otra. Simplemente aparecen, sin preguntas, sin dudar. La lealtad de un perro no depende de cómo seas ni de adónde vayas en la vida; simplemente están contigo toda la vida. Los humanos, en cambio, siempre tienen algún ángulo, alguna expectativa, tras sus palabras. Dios ha dado a los animales un conocimiento que supera nuestra capacidad de visión: Saben de forma innata cómo vivir, precisamente lo que nos obliga a esforzarnos por aprender. (Margaret Atwood) ¿Pero un perro? Están ahí en la quietud, en el desorden, la confusión o la desorganización sin necesidad de una razón. Hay una sencillez en su presencia, una lealtad que la gente parece malinterpretar. En un mundo lleno de incertidumbre, los perros son los únicos que nunca se rinden ni flaquean ante las tormentas que llegan y que siempre eligen la esperanza por encima del miedo. La famosa cita de Bento de Jesus Caraça: «Si no temo al error, es porque siempre estoy dispuesto a corregirlo», una frase que busca reflejar una actitud hacia los errores que todos cometemos, mostrando que lo importante no es evitarlos, sino tener la voluntad y la capacidad de reconocerlos y corregirlos, aprender de ellos y seguir adelante. Cometer errores no es el final del camino, sino una parte inevitable y enriquecedora del recorrido. ¡Solo así crecemos, nos volvemos más fuertes y mejores! Solo quienes se arriesgan a grandes cosas, que otros consideran excesivas, pueden descubrir hasta dónde se puede llegar. (T.S. Eliot - Thomas Stearns Eliot) Debemos ser conscientes de la importancia del impacto emocional que tenemos en los demás, ya que las experiencias emocionales tienden a ser más duraderas que los recuerdos de palabras o acciones específicas, y que nuestras interacciones con los demás tienen un impacto duradero, y que las emociones que evocamos en las personas son más memorables que los detalles específicos de nuestras palabras o acciones. "Hemos aprendido que las personas olvidarán lo que dijimos, olvidarán lo que hicimos, pero nunca olvidarán cómo las hicimos sentir." (Maya Angelou - seudónimo de Marguerite Ann Johnson, escritora, poeta y activista estadounidense)